Con un proyecto ya aprobado en el Régimen de Incentivos de Grandes Inversiones (RIGI), Rio Tinto apunta a ampliar su presencia en Catamarca. La compañía presentó un pedido de incorporación al régimen para Fénix, su activo más grande en Argentina, ubicado en el Salar del Hombre Muerto, en Antofagasta de la Sierra.
El ingreso al RIGI sería para la fase 1B del proyecto de expansión, que implica una inversión de US$ 251 millones. Esta fase contempla el diseño y construcción de nuevas instalaciones que permitirán aumentar la producción en 9.500 toneladas anuales adicionales durante 40 años. La fase 1A ya está finalizada y el proyecto se encuentra en operación.
Rio Tinto, a través de su filial Rio Tinto Lithium —creada tras la compra de la australiana Arcadium por US$ 6.700 millones—, se consolida como el mayor productor de litio en Argentina. La compañía también tiene en estudio otra presentación para Sal de Vida, otro proyecto catamarqueño en el mismo salar, que comenzó a construirse en 2022. En ese caso, la inversión total de la primera etapa será de US$ 638 millones, de los cuales US$ 314 millones serían computables al RIGI. La planta de Sal de Vida espera alcanzar una producción de 15.000 toneladas anuales de carbonato de litio equivalente y tendrá una vida útil estimada de 40 años.
Además de la inversión, el proyecto generará un fuerte impacto en el empleo y la industria local. Durante el pico de construcción, se prevé que Sal de Vida empleará hasta 1.250 trabajadores directos e indirectos, contratando mano de obra y proveedores de la región.
Fénix y Sal de Vida se suman a Rincón, otro proyecto bajo el paraguas del RIGI. Rincón, recientemente aprobado en su declaración de impacto ambiental, cuenta con una inversión comprometida de US$ 2.700 millones y permitirá a Rio Tinto consolidar su liderazgo en la producción de litio en Argentina, a pesar de la caída reciente de los precios del mineral, que se encuentran muy lejos de los US$ 80.000 alcanzados en 2022.