El entendimiento busca consolidar un modelo de crecimiento sostenible que promueva la producción con valor agregado, generación de empleo genuino y diversificación territorial. “Este acuerdo es una señal de confianza y de trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado”, señalaron desde el Ejecutivo.
En un contexto nacional de incertidumbre, el hecho de que Catamarca avance con acuerdos concretos representa un paso relevante. No es menor en un país acostumbrado a promesas postergadas: aquí, la clave será transformar las intenciones en resultados medibles.
Sin embargo, persiste el desafío de evitar que los beneficios se concentren en los grandes actores con acceso privilegiado a capital y mercado. Por eso, será fundamental implementar mecanismos de transparencia, monitoreo ciudadano y programas que incentiven a las pequeñas y medianas empresas regionales, garantizando una distribución equitativa del crecimiento.
Catamarca comienza así una nueva etapa: un horizonte de oportunidades productivas que exigirá prudencia, control y compromiso colectivo para traducir los acuerdos en desarrollo real.