Fiambalá atraviesa una temporada invernal récord, con niveles de ocupación hotelera que alcanzan el 100% y una afluencia sostenida de visitantes nacionales e internacionales. El crecimiento turístico, potenciado por el receso escolar en distintas provincias, se traduce en un fuerte impulso económico para el oeste catamarqueño.
Reconocida como la “Capital de la Cordillera y del Turismo Aventura”, Fiambalá se posiciona como el único destino de la provincia con actividad turística plena durante todo el año, lo que fortalece la generación de empleo local, la producción artesanal y el consumo en los distintos rubros del sector.
Termas revalorizadas: inversión y reactivación
Uno de los principales motores de esta temporada es el renovado complejo Termas de Fiambalá, que ha sido puesto en valor por la gestión municipal del intendente Raúl Úsqueda, tras casi una década de abandono.
Las mejoras incluyen conectividad a internet, un servicio clave para emergencias y para quienes trabajan o se comunican en movimiento; la recuperación de cabañas dentro del predio termal, que amplían la oferta de alojamiento; y una modernización del sistema de venta de entradas, ahora centralizado en la Oficina de Turismo del municipio, lo que garantiza un flujo más ordenado de visitantes.
Este circuito termal se ha convertido en un imán para el turismo de bienestar, con impacto directo en hotelería, gastronomía y comercios de cercanía.
Diversificación de la oferta: naturaleza, cultura y aventura
Fiambalá ofrece una propuesta integral que conjuga paisaje, historia y economía regional. Las Dunas de Tatón, la Ruta del Adobe, la Ruta de la Fe y las Lagunas Altoandinas se suman a la imponente zona cordillerana, donde se destacan:
-Los Seismiles, segunda concentración de volcanes más alta del mundo, como el Pissis y el Ojos del Salado, elegidos por expedicionarios internacionales.
-Cañón del Indio, un corredor natural ideal para actividades de trekking.
-Balcón del Pissis, un mirador que ofrece vistas privilegiadas de la cordillera.
-Escenarios cromáticos únicos que combinan ocres, violetas y rojos.
La experiencia se completa con bodegas que elaboran vinos de altura, ferias artesanales, gastronomía regional basada en productos locales, museos y campings familiares.
Impacto económico y proyección
Fiambalá cuenta con una de las mayores capacidades hoteleras del interior de Catamarca, con opciones que van desde hostales y hoteles hasta viviendas adaptadas al turismo, lo que permite una oferta accesible y diversificada.
El auge turístico no solo genera movimiento económico estacional, sino que proyecta a Fiambalá como un polo sostenible en el largo plazo. El crecimiento de inversiones en infraestructura turística, la profesionalización del sector y la articulación público-privada sientan las bases para un modelo de desarrollo regional basado en el turismo como motor productivo.
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